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Los burgundios

Publicado por Hilda

BurgundiosDesde Escandinavia donde constituyeron su asiento originario, este pueblo bárbaro germano, inició 200 años después del inicio de la era cristiana su desplazamiento hacia el corazón de Europa, ubicándose en las zonas que hoy ocupan la región alemana del noreste y Polonia, en ese entonces, conocida como Pomerania.

En el siglo III debieron soportar los ataques de los gépidos, que asolaron al pueblo burgundio. Siguieron su camino, para ubicarse en la zona de la Galia, en las orillas del río Rin, rodeados por otros pueblos germánicos: los alamanes y los francos. Los romanos sufrían constantes ataques de los alamanes, pero llegaron al fin a un acuerdo con ellos, firmando la paz en el año 374. Los burgundios desplazaron a los alamanes, y llegaron hasta el Rin. Tomaron Maguncia de los romanos. El rey burgundio Gundicar, apoyó, junto a los alanos, al senador Jovino, a preparar una sublevación contra Roma, y convertirse en emperador. Gracias a esta ayuda recibieron tierras, en la margen izquierda del Rin. Constituyeron como ciudad capital de su reino a Borbetomagus, que actualmente es la ciudad de Worms.

A pesar de que los visigodos desplazaron al emperador autoproclamado, el emperador Honorio les concedió a los burgundios las tierras ocupadas. Este reino sucumbió en el año 437, cuando los romanos, temerosos de los ataques de los burgundios contra la Galia Bélgica, mandaron sus ejércitos, en su mayoría formados por hunos, los que acabaron con el reino burgundio y con su rey, cuya vida quedó para siempre en el recuerdo a través de “La canción de los Nibelungos”.

Se instalaron luego (443) dentro de los límites romanos, en la llamada Sapaudia (actual Saboya y parte de Suiza), para extenderse luego a Burgundia.

La actual Borgoña, región ubicada al este de Francia, recibió ese nombre, por el origen de su población burgundia, que se asentó allí en los albores del siglo V. Fueron federados del imperio romano, pero no tuvieron al principio, con ellos, relaciones demasiado amistosas, que luego sí se consolidaron. Éste fue su período de esplendor, dominando el norte italiano, gran parte de Suiza y el sureste de Francia. Lucharon, junto a otras tribus germánicas, sobre todo con los visigodos, en los ejércitos de Roma contra Atila, en el año 451 en los Campos Catalúnicos. En el año 451, junto a los visigodos se enfrentaron a los suevos, en defensa del territorio romano. Cada vez más aliados a los romanos pretendieron más concesiones territoriales, adquiriendo Lyon. El rey burgundio Gundobado, proclamó la ley para los burgundios, conocida como lex burgundionum o lex gundobada.

En el año 476, se produjo la caída del Imperio Romano de Occidente, cuando Odoacro, jefe de la tribu de los hérulos, y al mando también de suevos y hunos, derrocó al emperador romano, designado por Orestes, embajador de Atila, proclamándose rey de Italia.

La religión pagana de los burgundios se transformó en arriana, para luego adoptar el catolicismo en el año 500, tras la conversión del rey Gundebaldo, magister militum de Roma, quien peleó con sus hermanos para reconquistar y unificar el territorio burgundio. Una de sus sobrinas, Clotilde, cuyos padre había sido asesinados por el rey, contrajo enlace con el rey franco Clodoveo, a quien impulsó a adoptar el catolicismo. El rey Franco, aliado con uno de los hermanos de Gundebaldo lo venció en Dijon, pero luego llegó a un acuerdo para mantenerlo en el trono a cambio de un fuerte tributo.

Gundebaldo, luchó contra este único hermano sobreviviente, Godegisilo, quien pereció asesinado, convirtiéndose así, Gundebaldo, en el único rey burgundio. En el año 516, dictó una nueva ley, la romana burgundionum, destinada con exclusividad a los súbditos romanos.

En el año 524, el rey Segismundo, convertido en católico, hijo de Gundebaldo fue derrotado por los francos, instigados por Clotilde que deseaba vengar la muerte de sus padres, en manos de su tío, y padre de Segismundo.

La historia de los burgundios terminó cuando el rey franco derrotó al rey burgundio Gundemaro III, hermano de Segismundo, y de religión arriana, que aliado con los ostrogodos había logrado recuperar el poder, el que perdió en la batalla de Tolbiac, y sus posesiones fueron incorporadas al reino franco, en el año 534.

A lo largo de su historia, los burgundios demostraron una notable capacidad para adaptarse a las cambiantes circunstancias políticas y culturales de su entorno. Su habilidad para negociar alianzas, tanto con otros pueblos germánicos como con el Imperio Romano, les permitió establecerse y prosperar en diversas regiones de Europa. Además, su conversión al cristianismo, primero al arrianismo y luego al catolicismo, refleja su disposición a integrarse en el contexto religioso predominante de la época, lo que facilitó su aceptación y colaboración con otras entidades políticas y religiosas.

El legado de los burgundios perdura no solo en la región de Borgoña, sino también en la literatura y la cultura europea. La «Canción de los Nibelungos», una epopeya germánica que narra las hazañas de héroes legendarios, se inspira en parte en la historia de los burgundios, destacando su impacto duradero en la tradición literaria. Asimismo, su sistema legal, especialmente la «lex burgundionum», influyó en el desarrollo de las leyes medievales en Europa, mostrando su contribución a la evolución del derecho en la región.

La integración de los burgundios en el tejido social y político de Europa occidental es un testimonio de su resiliencia y adaptabilidad. Aunque su reino fue finalmente absorbido por los francos, su influencia se extendió mucho más allá de su desaparición política, dejando una huella indeleble en la historia de Europa.