Economía de los mayas
Los mayas no contaron con recursos naturales demasiado favorables. Sin embargo, a pesar de la pobreza de su suelo pusieron ingenio y trabajo para aprovechar sus recursos escasos y obtener de ellos el mayor provecho.
Al principio no fue así ya que usaban la tierra hasta agotarla. Quemaban los bosques usando la técnica de roza, y luego de sacado el beneficio se retiraban a otro lugar para hacer lo mismo. Luego se establecieron cerca de los ríos y crearon sistemas de regadíos estableciéndose de modo permanente.
De entre sus cultivos se destacó el maíz, que estaba además relacionado con su religión. También cultivaron zapallo, ají, frijoles, tabaco, algodón, vainilla, chile, tomate, mandioca y una baya globosa de cáscara color verde, denominada zapote negro. Desconocieron el arado, usando en su reemplazo palos puntiagudos, denominados bastones plantadores. La explotación agraria se hacía de modo comunitario.
Tomaban en cuenta para el cultivo la influencia de los astros, en cuyo conocimiento eran muy versados.
Comerciaban sus artesanías en otras regiones, siendo muy hábiles en la práctica de intercambio, a pesar de no conocer ni la rueda ni los animales de carga o de tiro. Sin embargo, abrieron caminos de piedra para poder desplazarse a través de la selva. En general usaban el trueque, aunque también idearon a modo de moneda, el uso de piezas de cobre, plumas o granos de cacao. Organizaban mercados y ferias.
Entre sus artesanías eran hábiles tejedores de algodón, en hacer adornos con plumas, teñir telas, y muy buenos alfareros y orfebres, aunque el hierro y el bronce les fueron desconocidos. También cazaban y recolectaban frutos.