Batalla del Lago Trasimeno
El lago Trasimeno, ubicado en el corazón de Italia, en Umbría, fue el escenario de esta batalla donde el ejército romano comandado por el cónsul y líder popular, Cayo Flaminio Nepote sufrió una aplastante derrota por parte de las fuerzas cartagineses dirigidas por Aníbal. Ocurrió el 21 de junio del año 217 antes de Cristo. El contexto fue la Segunda Guerra Púnica y los romanos ya habían tenido otra mala experiencia contra los cartagineses un año antes en la batalla de Trebia.
Los cartagineses aliados con los galos y con la ayuda de veteranos africanos e hispanos, contaban con unos 35.000 infantes, 10.000 jinetes y un número indeterminado de elefantes, ya que muchos de ellos habían perecido en Trebia. Los romanos tenían alrededor de 20.000 infantes y 3.000 jinetes. El ejército estaba étnicamente compuesto por ciudadanos romanos y aliados itálicos, los cuales se lanzaron a la persecución de Aníbal atravesando los Apeninos con rumbo a Etruria, acampando al llegar al lago Trasimeno.
Aníbal entonces, aprovechó para tenderles una trampa a los romanos, ya que tenía preparadas sus trompas para la emboscada al norte, en las colinas boscosas, mientras un grupo de sus soldados encendían fogatas más al norte para desconcertar a los enemigos sobre su verdadera posición. Allí se dirigió el ejército romano que fue atacado desde todas partes. La vanguardia romana fue la menos jaqueada, pero el lado oeste fue víctima del ataque de la caballería cartaginesa, que los empujó hacia el lago donde muchos se ahogaron, mientras el centro era masacrado por los galos, muriendo el cónsul Flaminio en el encuentro.
El saldo fue de 15.000 romanos muertos y 10.000 prisioneros. El colega consular de Flaminio, Cneo Servilio Gemino, que se había dirigido a colaborar, pero fue derrotado en la Batalla de los Pantanos de Plestia, para hacer el resultado aún más desastroso. El ejército de Aníbal, solo perdió unos dos mil hombres y estaba listo para entrar en Roma.