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Los dos Triunviratos de Roma

Publicado por Hilda

Antecedentes

El poder real, en la República, que comenzó en el año 509 antes de Cristo, le fue transferido a los cónsules, pero a diferencia del rey, estos magistrados tenían un mandato temporal, gobernaban alternativamente, y si bien eran los que ocupaban el más alto rango de las magistraturas, había otras, que tenían otros poderes, evitando la concentración del mismo en una sola persona. Los comicios y el senado siguieron funcionando.

La República romana se caracterizó por el grave conflicto entre patricios y plebeyos, época en que los últimos comenzaron a reclamar derechos, antes reservados a los primeros, los que consiguen, creándose magistraturas plebeyas: el tribunado de la plebe y la edilidad plebeya. Tiberio Coruncanio, un plebeyo, llegó al pontificado máximo. se logró que tuvieran el derecho a contraer justas nupcias justas nupcias con los patricios, etcétera.

Las guerras de conquista van ampliando el dominio de Roma, hasta que el año 390 antes de Cristo, se produce la invasión de los galos. Sin embargo, Roma siguió creciendo, llegando a ocupar los países de la cuenca mediterránea, extendiéndose por toda Europa y el norte africano.

Paralelamente, la situación de los campesinos era muy mala. Los impuestos eran muy altos para sostener las tropas, lo que ocasionó luchas civiles en las postrimerías de la República, además de la amenaza de los pueblos extranjeros de recuperar sus tierras y la presencia de caudillos que querían el poder. Entre estos militares se destacó Cayo Mario, quien gobernó desde el año 100 antes de Cristo, ejerciendo siete veces el Consulado, de modo impopular, a pesar de haberse declarado a favor de los intereses populares. Sila, enemigo de Mario ocupó el Consulado en el año 90 antes de Cristo, enfrentándose a las fuerzas de Mario que intentó recuperar el poder, pero murió en el intento. Sila abdicó en el año 80 antes de Cristo, ocupando su cargo, Pompeyo, que era su yerno y su lugarteniente. En el año 70 antes de Cristo, asumió Pompeyo como Cónsul junto a Licinio Craso, con quien hizo una alianza, derogando la constitución aristocrática de Sila, como una de sus principales medidas de gobierno conjunto; incorporándose poco después Julio césar, famoso guerrero de gran popularidad.

El primer Triunvirato

De esta manera quedó constituido el Primer triunvirato, institución a la que Varrón calificó como “monstruo dotado de tres cabezas”. Lo integraban el militar Pompeyo, que se quedó en Roma, el estadista, Julio César, que se adjudicó el gobierno de la Galia, y el capitalista Craso, al que le fue otorgado el Asia Menor. Se extendió su mandato entre el año 60 antes de Cristo y el 53 antes de Cristo.

Muerto Craso en lucha contra los partos, la rivalidad entre los militares Pompeyo y julio César fue en aumento, especialmente por la envidia de Pompeyo ante los éxitos de conquista de César. Aprovechando que el último estaba de campaña, Pompeyo intentó hacerse del poder, pero fue derrotado por su rival en el año 58 antes de Cristo, en la batalla de Farsalia. Julio César, ahora con todo el poder, fue nombrado dictador perpetuo, por la gran obra que realizó en todos los campos. Se proclamó “imperator”, acuñó monedas con su cara y hasta fue nombrado como “Divino Protector de Roma”, comenzando así un período de concentración del poder que conduciría hacia la Roma imperial.

Las luchas civiles volvieron a imponerse tras el asesinato de Julio César en el año 44 antes de Cristo, mientras la rivalidad por quién ocuparía el mando dejado vacante por César, enfrentó al colaborador y amigo del asesinado, Marco Antonio, con Cayo Octavio, el hijo adoptivo de César, y su heredero. El problema se solucionó llegando por acuerdo a establecer una nueva alianza, para reconstituir la República, a la que asociaron a Lépido, comenzando así el segundo triunvirato en el año 43 antes de Cristo.

El segundo Triunvirato

Lépido, uno de miembros del segundo triunvirato, que gobernaba Hispania y la Galia Narbonense, fue acusado de traición, por querer quedarse con Sicilia, y Octavio, a cargo Sicilia, Cerdeña y África, le quitó el cargo de triunviro. Ya sin Lépido, se procedió al reparto territorial entre Marco Antonio, hasta entonces encargado de la Galia Cisalpina, que se quedó con el Oriente; y Octavio, que obtuvo el occidente.

Instalado Marco Antonio en Egipto, resurgen los conflictos, intentando éste terminar con su colega y que la capital pase de Roma a Alejandría. Enfrentados en la batalla de Actium, en el año 31 antes de Cristo, el éxito de Octavio le abrió las puertas a la concentración en su persona del poder, y comenzar una nueva etapa histórica para Roma: el Imperio.

Este período de transición, que se extiende desde el asesinato de Julio César hasta la consolidación del Imperio bajo Octavio, es uno de los más turbulentos y fascinantes de la historia romana. La lucha por el poder, las alianzas cambiantes, las batallas y las intrigas políticas marcaron estos años de incertidumbre y cambio.

El segundo triunvirato, a diferencia del primero, fue una institución oficialmente reconocida por el estado romano. Los triunviros tenían poderes dictatoriales y su mandato se extendió inicialmente por cinco años, aunque luego fue renovado. Durante este tiempo, llevaron a cabo una serie de reformas y tomaron decisiones que tuvieron un impacto duradero en la estructura política y social de Roma.

Uno de los aspectos más notables de este período fue la creciente influencia de Egipto y su reina Cleopatra en los asuntos romanos. La relación entre Cleopatra y Marco Antonio no solo fue un escándalo en Roma, sino que también tuvo implicaciones políticas significativas. La alianza entre ambos amenazó el equilibrio de poder en el triunvirato y finalmente llevó a la guerra civil.

La batalla de Actium, en la que Octavio derrotó a las fuerzas de Marco Antonio y Cleopatra, marcó el fin del segundo triunvirato y el comienzo de una nueva era en la historia de Roma. Octavio se convirtió en el primer emperador de Roma, adoptando el nombre de Augusto. Su reinado marcó el inicio del período conocido como el Principado, durante el cual Roma alcanzó su apogeo en términos de poder y extensión territorial.