El gobierno de Pericles
Luego de las Guerras Médicas, que mantuvieron las ciudades griegas contra los persas, los atenienses, temerosos de nuevos avances enemigos, decidieron unirse con otras ciudades bajo su supremacía, que imponía un profundo respeto, sobre todo en el plano marítimo, sobre el mar Egeo. Para mantener su poderosa flota, Atenas necesitaba aportes económicos, que provinieron de sus aliados del Asia Menor, miembros de la Liga de Delos, que colaboraban según sus posibilidades.
La Liga se reunía en el templo de Apolo, en Delos, y cada miembro tenía igualdad de voto.
Atenas, cada vez más poderosa, obtenía así recursos de la Liga, que usaba en su provecho, siendo cada vez más lejana la amenaza persa. Además, las minas de plata de Laurión, le proporcionaba grandes ingresos.
El sistema político de Atenas, modelo de su tiempo, era la democracia directa, donde sus funcionarios eran elegidos por sorteo, salvo los cargos de generales o estrategos, que se ocupaban por su capacidad, siendo electivos. Ya había alcanzado, esta forma política, gran prestigio, con los estadistas Solón y Pisístrato, pero fue bajo el gobierno de Pericles (490-429 a. C.) cuando se desplegó con todo su esplendor.
Al ser elegidos, los magistrados, debían ser evaluados por la Docimasia, donde se estudiaban sus antecedentes y sus aptitudes, y al finalizar su mandato, debían rendir cuenta de su actuación, siendo castigados si se comprobaba alguna falta en el ejercicio de sus funciones.
Pericles, fue un general, de noble estirpe y profundas convicciones democráticas. Sus ideas fueron expuestas en un discurso que pronunció en los funerales de los atenienses que murieron en una expedición militar. Allí expresó que el gobierno de Atenas no era una imitación de otros, sino ejemplo para los demás. La democracia, como gobierno de muchos, establecía en sus normas igualdad ante la justicia y el acceso a los cargos públicos para los que poseyeran talento, no excluyéndose a los pobres. La vida privada era libre, actuando públicamente, con respeto ante la autoridad y la ley.
Elogió su propio sistema militar, y el trato de Atenas con los forasteros a los que les brindaba hospitalidad. Señaló su gusto por la belleza, sin dejar de lado la sencillez, y destacó la preocupación de su pueblo por el cultivo de su alma. Al ciudadano que se mantenía ajeno a la política se lo consideraba peligroso.
Pericles era sobrino del legislador Clístenes, y pertenecía a la familia de los Alcmeónidas, cuyos miembros se habían opuesto a la tiranía de Pisístrato y sus hijos.
Pericles, al principio, ejerció funciones militares, combatiendo bajo el mando de Cimón, general perteneciente al partido oligárquico. A la muerte de Arístides, ingresó en el partido popular.
Durante su mandato, se les asignó un salario a los magistrados, menos a arcontes y estrategos, para que todos los ciudadanos, aún los humildes, pudieran dedicarse a la política.
Sin embargo, se mantuvo la división en clases sociales, continuándose con la limitación del acceso a las magistraturas, a los que no poseyeran tierras en el Ática o permanecieran solteros.
En esta época, Atenas se convirtió en un centro de estudios filosóficos, arte que Pericles también practicaba, sobre todo con su amigo Anaxágoras, continuador de la escuela jónica, cuya preocupación se basaba en descubrir las propiedades de la materia.
En su tiempo, vivió Sócrates, considerado por el oráculo de Delfos como el hombre más sabio de Grecia.
También fue contemporáneo y amigo suyo, el historiador Heródoto, que relató ingeniosamente la guerra contra los persas.
Durante su gobierno se desarrolló una intensa obra pública, con el objetivo de restaurar sobre todo los templos de la Acrópolis destruidos por los persas, cuyo principal efector fue Fidias.
Construyó el templo de Atenea, denominado Partenón, totalmente decorado con esculturas de bulto entero y relieves. Realizó una entrada monumental a la Acrópolis, empleando en todos los trabajos, piedra, bronce, marfil, oro y madera, dando trabajo a una gran cantidad de oficios.
El cuerpo humano fue plasmado, esplendorosamente en las estatuas, y la armonía fue requisito en la construcción edilicia, abundando en el interior de las viviendas los objetos de rara belleza.
Resplandeció el teatro bajo su gobierno, aunque en este ámbito, Pericles fue objeto de burlas, sobre todo en lo que atañe a su vida privada. Casado primero con una pariente suya, mayor que él, se divorció de ella para convivir con una cortesana, residente en Atenas, pero originaria de Mileto, llamada Aspasia, que originó la suspicacia de sus detractores, por considerarla una mujer liberada, pero que permaneció junto a Pericles, durante más de quince años.
Atenas recuperó su poder sobre los Dardanelos y otras zonas importantes para el comercio, y fundó la colonia de Tiri, en el golfo de Tarento, al sur de Italia.
Sus opositores comenzaron a crecer. Cuando el Partenón estuvo terminado, trasladó allí el tesoro de la Liga de Delos, lo que originó recelo por el destino de esa riqueza que sería usada sólo en provecho de Atenas.
Los amigos de Pericles comenzaron a sufrir persecuciones. Su amigo, el filósofo Anaxágoras, debió huir, acusado de ateo, y Fidias fue condenado por estafa en los fondos recibidos para los trabajos en la Acrópolis.
Además, la crisis se acentuó, originada en guerras, y en el conflicto con Esparta, que dio origen a la guerra del Peloponeso. También el pueblo debió soportar en este período el azote de la peste, de la que fue víctima el propio Pericles.