El Emperador Caracalla

En realidad Caracalla era un sobrenombre, dado por el uso de una larga capa de origen galo que llegaba hasta los tobillos, que este emperador introdujo en Roma. Su verdadero nombre era Lucio Septimio Basiano. Nació en el año 186, siendo hijo de quien en ese momento era gobernador de la Galia Céltica, y siete años más tarde se convertiría en Emperador de los romanos: Septimio Severo. Al asumir su padre, con solo siete años, Caracalla fue designado César y sucesor de su padre, tomando el nombre de Marco Aurelio Antonino Basiano En el año 198 recibió el título de Augusto y co-emperador, siendo también nombrado en este cargo, su hermano Geta en el año 209.

Mientras gobernó junto a su padre, ambos fueron culpados de la muerte de varios miembros del Senado.

Al morir Septimio Severo en el año 211, las disputas políticas entre los hermanos terminaron con el asesinato de Geta en manos de Caracalla, quien lo acusó de conspirador, en el año 212, si bien el padre había pedido especialmente en su lecho de muerte que ambos hermanos convivieran pacíficamente.

Dictó la Constitución Antoniniana o Edicto de Caracalla en el año 212, por la cual todos los habitantes libres del imperio se convirtieron en ciudadanos romanos, con gran importancia desde el punto de vista fiscal. También introdujo una nueva moneda.

Luego de matar a su hermano, y de otros crímenes aberrantes, como la matanza de 20.000 romanos aliados de Geta, Caracalla se dedicó a campañas militares, pacificando las fronteras del norte. Durante su gestión, el ejército fue ampliado y mejor remunerado, además de concederles a sus miembros, el derecho de contraer justas nupcias durante el servicio. Luego de vencer a los partos, Caracalla pereció asesinado por una conspiración de su ejército, el 8 de abril de 217.