Gabriel García Moreno
Nació en Guayaquil, el 24 de diciembre de 1821. Fueron sus padres, el Síndico Procurador de Guayaquil, de origen español, Gabriel García Gómez, y Mercedes Moreno, emparentada con las familias más tradicionales de la sociedad de la época. El matrimonio ya contaba con otros ocho hijos cuando nació Gabriel.
Fue un niño de carácter débil, que se educó en el seno familiar, hasta la edad de nueve años, cuando al morir su padre, su formación quedó en manos del padre Betancourt, quien lo convirtió en un hombre culto y de gran carácter, aunque bastante soberbio.
A los quince años, inició sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de San Fernando, en Quito. Tras incursionar en la vida monástica por breve tiempo, complementó su formación académica, estudiando Jurisprudencia en la Universidad Central de Quito, doctorándose en 1846.
Contrajo enlace por poder, con una mujer mayor, muy rica y vinculada con sectores poderosos de Quito, Rosa Ascásubi y Matheu.
Mientras tanto, su ideario conservador, y clerical, contrastaba con el común de la época, liberal y laico, lo que le acarreó numerosos enemigos. En su defensa y atacando a sus opositores, usó su pluma desde la páginas de “El Zuriago”, “La Nación”, “El Vengador” y “El Diablo”.
Estudió en París, especializándose en química, entre otras ciencias. El fracaso de la Revolución Republicana de 1848, alentó sus ideales contrarios al espíritu republicano.
Antes de convertirse en Primer Mandatario, ya era una persona relevante y destacada en la cultura ecuatoriana. Fue Rector de la Universidad Central, Alcalde de la ciudad de Quito, Senador de la República, por Pichincha, en el Congreso de 1858, Ministro Plenipotenciario ante el Gobierno de Chile, Ministro de Hacienda, Jefe Supremo de la República, desde 1859, luego de derrocar al general Francisco Robles, hasta marzo de 1861. Se convirtió en Presidente constitucional el 2 de abril de 1861, culminando su primer mandato el 30 de agosto de 1865.
Este fue un lapso próspero, logrando unificar y pacificar el país. Lo criticable fueron los medios represores que utilizó para conseguir su propósito. No creía que las leyes bastaran para gobernar. Se debía imponer una política férrea que terminara con todo acto delictivo o conspirativo, asesinando a los responsables.
Fomentó la agricultura y la industria. Inauguró las vías del ferrocarril sur. Trajo a los monjes jesuitas, a quienes apoyó incondicionalmente, impulsó la educación. Organizó las finanzas públicas. Creó un Tribunal de Cuentas, especializado en cuestiones contables y judiciales, en reemplazo de la Contaduría General, y defendió a ultranza la religión católica, imponiéndola como única, y negando toda otra fe.
Internacionalmente se produjo la guerra con Colombia, por un problema interno colombiano, generado en la lucha entre facciones conservadoras y liberales, que trascendió las fronteras e involucró a Ecuador, cuando los conservadores atravesaron el territorio ecuatoriano en persecución del líder liberal. El 31 de julio de 1862, en la batalla de Tulcán, los ecuatorianos fueron vencidos y obligados a contribuir con pertrechos y armamentos, cosa que García Moreno nunca cumplió.
En 1863, los mismos países iniciaron un nuevo conflicto, esta vez por la anexión de territorios, en un proyecto por el cual el presidente colombiano, gral. Mosquera, pretendía volver al sueño bolivariano de la Gran Colombia. Tras una gestión diplomática que al principio pareció exitosa, tomó características belicistas cuando Mosquera tomó la localidad de Ibarra. Finalmente tras tenaz resistencia, se selló a paz entre ambos pueblos, por el Tratado de Pinaquí.
García Moreno, fue sucedido por Don Jerónimo Carrión, desde septiembre de 1865 al 6 de noviembre de 1867. En esa fecha, ante la dimisión presidencial, asumió su vicepresidente Pedro José de Arteta, durante el lapso comprendido desde el 7 de noviembre de 1867 hasta el 20 de enero de 1868, y luego tomó el poder, el Dr. Javier Espinosa entre el 20 de enero de 1868 y el 19 de enero de 1869.
Para la sucesión presidencial los candidatos eran, el conservador Gabriel García Moreno (El Partido Conservador había sido fundado ese año por garcía Moreno) y el liberal Francisco Javier Aguirre (Urbinista). El primero fue el que logró asumir, el 16 de enero de 1869, apoyado por los jefes militares, y, sobre todo por el clero.
En este segundo período, que se extendió hasta 1875 organizó constitucionalmente el estado, aunque persiguió con todo rigor a sus enemigos políticos. Siguió dando gran impulso a la instrucción primaria a manos de las Hermanas de la Caridad y las Madres de la Providencia, mientras los jesuitas se ocupaban de la enseñanza secundaria. La universidad se enalteció con el aporte de notables profesores alemanes. Creó la Escuela Politécnica Nacional, además del Colegio Central Técnico, dotados de grandes y especializados laboratorios. Inauguró la Escuela de Artes y Oficios, el Conservatorio de Música, y el Observatorio astronómico de Quito. Incrementó la obra pública, con el tendido de 44 kilómetros de vías férreas, y en economía impulsó el crédito y la inversión mediante la creación del Banco de Crédito Hipotecario, y varias Cajas de Ahorro.
No pudo acceder a un tercer mandato, pues pereció asesinado, a golpes de machete, en Quito, el 6 de agosto de 1875 por el colombiano Faustino Lemos Rayo.