Los diaguitas
Los diaguitas o calchaquíes, fue un nombre impuesto por los españoles, ya que ellos se llamaban a sí mismos paziocas. El de calchaquíes derivó del nombre de un jefe diaguita que combatió con heroísmo contra los invasores. Habitaron el noroeste argentino (Catamarca, Tucumán y Salta) y el norte de Chile, hasta la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XV.
Habitaban en casas de forma cuadrada, fabricadas con piedra y techos de paja, y sus poblados estaban protegidos por pucarás o fortalezas. Sus familias eran poligámicas. Eran parientes de los incas pero lucharon contra ellos, pues eran guerreros excelentes, que combatían a pie, con arcos y flechas, protegiéndose el pecho con placas metálicas, que ellos mismos hacían. También se resistieron, aunque sin éxito final, a la dominación española, pero su resistencia duró un centenar de años. Había cuando arribaron los españoles, aproximadamente unos 55.000 aborígenes de esta etnia.
Se destacaron en agricultura por sus terrazas de cultivo, similares a las de los incas y utilizaron sistemas de riego. Su alimentación básica consistía en maíz, quinoa, porotos y zapallo.
Eran tejedores, utilizando como materia prima la lana de vicuñas, llamas y guanacos y algodón. También fueron excelentes ceramistas y trabajadores de metales como plata, cobre y oro.
Se dividían en grupos, gobernados por caciques, con poder transmitido por herencia, que no contaban con unidad política, aunque se unificaban por una lengua común que era el kakana. Prodigaban cultos a fenómenos naturales como el sol, el rayo y el trueno, y los encargados del culto eran magos o hechiceros. Creían que el alma humana era inmortal y se transformaba en estrella. También rendían culto a la Madre Tierra o Pachamama.