Pacto de Barracas
El Pacto de Barracas fue un nuevo acuerdo celebrado entre Rosas y Lavalle, luego del fracaso del de Cañuelas, que intentaba poner fin a los enfrentamientos entre las facciones unitarias y federales en el naciente territorio patrio.
Antecedentes
Desconocido por los unitarios el Pacto de Cañuelas, y exaltados sus ánimos por el triunfo que el general Paz, obtuvo en la batalla de La Tablada contra Quiroga, lograron imponerse en las elecciones del 26 de julio de 1829, transgrediendo lo acordado entre Lavalle y Rosas, que sostenían una lista de representantes que querían fuera única, destinada a elegir a un gobernador ya identificado: Félix de Álzaga.
Pero el triunfo unitario en la elección de gobernador no fue reconocido por Juan Manuel de Rosas, y éste decidió nuevamente reunirse con Lavalle para lograr un nuevo pacto, esta vez definitivo, para lo cual fijaron como punto de encuentro la propiedad perteneciente a Francisco Piñeiro, ubicada en el barrio de Barracas a orillas del Riachuelo.
El Pacto de Barracas
El 24 de agosto de 1929 fue firmado el acuerdo o pacto de Barracas, por el cual se nombraba a Juan José Viamonte, como gobernador interino con facultades extraordinarias dentro del territorio provincial, teniendo a su disposición las fuerzas marítimas y terrestres, por voluntad de los pactantes y en forma ilimitada e irresponsable, no como habían sido otorgadas antes a Ramos Mejía y Martín Rodríguez, que lo habían sido por determinado lapso temporal.
Contaría con el asesoramiento de un Consejo Consultivo provisorio, integrado por 24 personas notables, designadas entre las clases sociales de militares, comerciantes, sacerdotes y hacendados; pudiendo designar el Gobernador a 19 de ellas. Este Consejo duró poco tiempo pues muchos de los elegidos no quisieron integrarlo, tal como ocurrió con Juan José Paso, Anchorena, Balcarce, Álzaga, Medrano y Arana.
El Gobernador provisorio tomaba el compromiso de cumplir, hacer cumplir y ejecutar este tratado y el anterior; proteger a la ciudadanía en sus derechos de libertad, propiedad y seguridad, tratar de restablecer las instituciones, mantener la paz y la concordia entre todos los pueblos que integraban la república y Buenos Aires, y desempeñar sus deberes con probidad.
Luego de la firma del Pacto de Barracas, Lavalle, tras su renuncia, partió hacia la Banda Oriental; Rosas logró confirmar su cargo como Comandante de la Campaña, y Viamonte solo pudo mantenerse en su cargo tres meses, con un estado en bancarrota y los federales presionando, lo que tuvo como consecuencia la designación de Juan Manuel de Rosas como gobernador.