La Entrevista de Guayaquil
CONTEXTO HISTÓRICO
El 28 de julio de 1821, se proclamó oficialmente la independencia del Perú, y el 2 de agosto, se eligió a su autoridad máxima, con el cargo Protector del Perú recayendo esta designación en José de san Martín. Sin embargo, los problemas con los españoles no habían acabado, ya que el virrey de la Serna no se había dado por vencido ni concebía la idea de reconocer al Perú fuera de su dominio. Era el momento de organizar el ejército desde Argentina, para atacar el Alto Perú, y encerrar a los realistas entre dos fuegos.
Gutiérrez de la Fuente fue comisionado por San Martín, para solicitar la ayuda del gobernador de Córdoba, Juan Bautista Bustos, para que se encargara de formar una expedición de auxilio al ejército libertador. Bustos, se mostró complacido de brindar su apoyo a la causa revolucionaria, y el enviado de San Martín se dirigió hacia Buenos Aires para conseguir recursos económicos para solventar los gastos de la expedición. La suerte aquí ya no lo acompañó, ya que el gobernador Martín Rodríguez, a través de su ministro, Rivadavia, le negó los recursos necesarios, argumentando tener otras prioridades, como la de ayudar al gobierno liberal español, a cargo de Riego, a defenderse de la Santa Alianza.
Mientras tanto, Simón Bolívar había obtenido en 1819, la victoria de Boyacá asegurando la libertad del virreinato de Nueva Granada (actual Colombia) y luego, en 1821, la de Carabobo, que le permitió liberar Caracas. En 1822, las fuerzas puestas a cargo de Antonio Sucre, por Bolívar, vencieron a los españoles, en la capitanía de Quito, en la batalla de Pichincha, con la colaboración de 1.000 soldados del ejército sanmartiniano. Quedaba sólo independizar definitivamente a Perú, donde no había bastado proclamar su independencia, sino que había que liberarla de los focos realistas.
Desalentado san Martín de la ausencia de ayuda del gobierno porteño, y de la división e indisciplina en los altos mandos de su ejército, ya que Cochrade se había retirado, y lo propio había hecho Las Heras, quien había retornado a Buenos Aires. Tampoco había obtenido apoyo del chileno, y entonces, decidió entrevistarse con Bolívar, que sí contaba con los recursos necesarios, para que juntos pudieran vencer al enemigo.
LA ENTREVISTA
El día 25 de julio de 1822, la goleta “Macedonia” que transportaba a san Martín arribó a la isla de Puná, donde recibió la gentil y amistosa incvitación de Bolívar de reunirse en Guayaquil.
Ambos próceres tenían proyectos distintos en materia política. San Martín proponía para el Perú una organización monárquica constitucional, mientras Bolívar soñaba con formar la Gran Colombia, una federación de repúblicas que incluyera todas las de Sudamérica.
La entrevista tuvo lugar en Guayaquil, una base naval, que Bolívar pretendía que era parte del suelo colombiano, aunque san Martín la reclamaba para Perú, sin testigos, en una vivienda cercana al muelle, donde cambiaron palabras durante una hora y treinta minutos. Allí trataron de armonizar sus convicciones, un San Martín acongojado por la falta de apoyo de su patria, y un Bolívar exitoso, audaz y sumamente político. El primero se puso a las órdenes de Bolívar, para combatir bajo su mando. Pero Bolívar no aceptó, y San Martín decidió alejarse del campo de la lucha armada. Tampoco habría consentido a entregar los auxilios militares requeridos por San Martín, estando dispuesto a aportar sólo tres batallones (1.400 hombres) lo que resultaba insuficiente para llevar a cabo la hazaña patriótica.
Al otro día sucedió una nueva reunión, en la casa de Bolívar, entre las 13 y las 17 hs. También se realizó a solas, y a su término, se ofreció un agasajo, al final del cual Bolívar brindó por “los dos hombres más grandes de América del Sur” aludiendo a San Martín y a sí mismo. San Martín alzó su copa por el pronto término de la guerra, la organización de los pueblos liberados y la salud del Libertador.
A la medianoche San Martín se retiró de la fiesta visiblemente nervioso. En Perú, convocó al congreso General constituyente, renunció a su cargo del Protector, manifestándole a su amigo Tomás Guido: “Bolívar y yo no cabemos en el Perú”, y tomó rumbo a Chile, el 20 de septiembre de 1822. Allí fue muy calumniado y sólo estuvo tres meses. Se trasladó a Mendoza, luego a Buenos Aires, y definitivamente hacia Europa, en 1824.
Retirado San Martín, Bolívar se presentó ante las autoridades peruanas, expresando ante ellas su admiración hacia san Martín a quien calificó “buen Capitán y Bienhechor” y ofreciendo su ayuda para terminar con las guerras independentistas, lo que logró con las batallas de Junín (6 de agosto de 1824) y Ayacucho (9 de diciembre de 1824).
Desde el exilio, San Martín, mostró siempre su admiración por Simón Bolívar, sobre todo cuando logró el éxito de la emancipación definitiva. Así lo expresó en una misiva que envió a Tomás Guido, en el año 1826, donde minimizó su propia participación en la campaña libertadora, considerando su accionar como “subalterno” con respecto a los servicios prestados por Bolívar.
EL CONTENIDO DE LA ENTREVISTA
La entrevista de Guayaquil por su carácter secreto fue objeto de muchas hipótesis. En 1844, apareció publicada por el marino francés, Gabriel Lafond una carta escrita por San Martín y dirigida A Bolívar con fecha 29 de agosto de 1821, donde le cuestionaba lo hablado en Guayaquil, sobre todo, el no aceptar que luchara bajo sus órdenes, ya que no le parecía creíble que su delicadeza le impidiera impartirle órdenes. Más bien conjeturaba que su presencia le resultaba embarazosa a Bolívar. Ante las circunstancias, y la prolongación indefinida de la guerra, le comunicaba su decisión de alejarse, peticionándole que tome en sus manos la conclusión del conflicto, ofreciéndole una lista de la conducta de los jefes militares, que pudieran serle útiles, expresando que todo lo hablado en la entrevista privada sería celosamente guardado para que los enemigos no pudieran valerse de esa información para perjudicar a la causa. Esta carta despertó polémicas sobre su autenticidad. Por ejemplo, el historiador Pérez Amuchástegui le niega credibilidad.
LOS HÉROES DE LA INDEPENDENCIA DESPUÉS DE GUAYAQUIL
San Martín falleció de en una tierra extraña, víctima de la ingratitud y del olvido, el 17 de agosto de 1850. Bolívar, dejó este mundo a los 47 años, como consecuencia de la tuberculosis. Había logrado comenzar a transitar la realización de su sueño en 1824, cuando Perú y Bolivia, ya libres por su acción, se unieron a “su patria grande”, pero en 1826 su ilusión se derrumbó: las guerras internas dieron nacimiento a Colombia, Venezuela y Ecuador. Decepcionado de sus hermanos americanos, igual que San Martín, confesó: “lo único que se puede hacer en América es emigrar”.