La Batalla de San Lorenzo
CONTEXTO HISTÓRICO
El Segundo Triunvirato, había convocado a una Asamblea General Constituyente que inauguró sus sesiones, el 31 de enero de 1813, con el propósito de dar una constitución al nuevo estado y concretar la emancipación del vínculo colonial, que aún persistía, ya que los españoles, daban batalla a los independentistas.
El Regimiento de Granaderos a Caballo, al mando de José de San Martín, estaba apostado detrás del convento de San Carlos, en San Lorenzo, defendiendo las costas del río Paraná de los ataques y saqueos de los españoles, que asentados en Montevideo sufrían el bloqueo que José Rondeau y su ejército les habían impuesto, y el único modo de obtener víveres era a través del saqueo, que realizaban a través del río Paraná.
EL ENCUENTRO
El 3 de febrero de 1813, las tropas al mando de José de San Martín, integradas por 125 granaderos, vencieron en San Lorenzo, en menos de cinco minutos, a una escuadra realista, constituida por 250 hombres, que habían desembarcado desde Montevideo, incursionando en las costas del Paraná.
A las 5.30 hs. de la mañana, cuando “el febo asoma”, según la marcha de San Lorenzo, los españoles, a bordo de 11 naves, habían arribado al puerto de San Lorenzo, 26 km. al norte de la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, dirigiéndose al convento franciscano de San Carlos, que en la lucha sirvió como hospital, para atender a los heridos, que recibieron el auxilio del Dr. Argerich.
Se cuenta que en el fragor de la lucha, cayó San Martín de su caballo, quedando su pierna aprisionada y con un hombro dislocado. La valentía de uno de sus granaderos, el legendario Sargento Cabral, inmortalizado en la “Marcha de San Lorenzo”, hizo que diera su vida para salvar a su jefe. Hubo también otro héroe, también llamado Juan Bautista, pero este no fue perpetuado en el recuerdo, aunque también participó en el hecho que evitó la muerte de San Martín. Se trató de Juan Bautista Baigorria.
El coronel San Martín redactó un informe, a la sombra del pino, que pasó a la historia como mudo testigo de la hazaña patria, y que aún vive (el pino de San Lorenzo) dirigido al Superior Gobierno, donde destacaba el valor de su tropa y las acciones y pérdidas sufridas. Se mencionaba además de sus granaderos, al párraco, Dr. Julián Navarro, destacando la ayuda espiritual por él brindada. También se nombra a Hipólito Bouchard que consiguió como botín de guerra, una bandera enemiga.
Contó que en la retirada, murió el capitán Bermúdez por una bala de los vencidos y junto a él, el teniente, Manuel Díaz Vélez, se despeñó de la barranca, al pararse intempestivamente su caballo, siendo alcanzado por las armas realistas.
Mencionó que a pesar de la victoria no pudo erradicarse totalmente las fuerzas enemigas, que diezmadas, escaparon por las bajadas del río, pero vaticinó que fue una lección que difícilmente olvidarían y que seguramente les haría repensar la idea de saquear a los pobladores santafecinos.
CONSECUENCIAS
Esta batalla dejó un saldo de 40 muertos españoles, 14 prisioneros y una docena de heridos. Entre los criollos hubo 14 muertos que descansan en el convento de San Carlos, y una veintena de heridos. Fue el único combate librado por el Libertador de América, José de San Martín en territorio argentino, e inició la senda emancipadora en Latinoamérica. El Convento de San Lorenzo fue convertido en museo, que guarda los tesoros de esta gesta histórica.
El 30 de octubre de 1902, en ocasión de inaugurarse en la ciudad de Santa Fe, el monumento al general San Martín, fue estrenada la Marcha de San Lorenzo, que alude a los hechos descriptos, con letra de C. J. Benielli y música de Cayetano. A. Silva.