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José Ignacio Rucci

Publicado por Pedro

jose_ignacio_rucci_pintura.jpgJosé Ignacio Rucci nació en la provincia de Santa Fe el 15 de marzo de 1923 y falleció en la capital de Argentina el 25 de marzo de 1973. Sus antepasados procedían del sur de Italia. Rucci fue un importante político y sindicalista argentino destacándose en la denominada resistencia peronista.

A los 23 años inició su andadura sindical alcanzando progresivo protagonismo en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), con posterioridad a la llamada Revolución Libertadora que acabó con el primer gobierno de Juan Domingo Perón en 1955.

Dentro de la Unión Obrera Metalúrgica fue dirigente gremial de la poderosa empresa siderúrgica SOMISA. Junto a Augusto Timoteo Vandor, Avelino Fernández, Paulino Niembro y Lorenzo Miguel formaron parte de la Secretaría de Prensa de la UOM y en 1964 pasó a ser secretario general en la sección de San Nicolás.

La UOM formaba parte de las llamadas 62 organizaciones justicialistas que no eran otra cosa que unidades gremiales o sindicalistas que formaban la base del apoyo de las clases populares a los planteamientos políticos de Juan Domingo Perón.

Durante su etapa en UOM mantuvo duras polémicas con Agustín Tosco de tendencias más izquierdistas que el propio José Ignacio Rucci puesto que aquel no era partidario, por ejemplo, de alimentar la burocracia y se mostraba contrario al paternalismo que sobre Rucci ejercían supuestamente, y en palabras de Tosco, los detentores del poder y las fuerzas policiales. Pese a las críticas de Agustín Tosco, José Ignacio Rucci siguió los cauces marcados por la CGT centrando su actividad sindical en la negociación colectiva y el diálogo.

A inicios de los años 70 del siglo pasado, Rucci se convirtió en Secretario General de la CGT y fue partidario e impulsor del regreso de Juan Domingo Perón a Argentina, el cual finalmente se produjo en noviembre de 1972.

El liderazgo de Rucci en la CGT fue crucial durante un periodo de gran agitación política y social en Argentina. Bajo su dirección, la CGT se consolidó como una fuerza política de peso, capaz de movilizar a miles de trabajadores en defensa de sus derechos. Rucci promovió la unidad del movimiento obrero y buscó fortalecer los lazos entre los sindicatos y el peronismo, convencido de que esta alianza era fundamental para el bienestar de los trabajadores argentinos.

En el mes de septiembre de 1973 la organización Montoneros, que en el mes de octubre del mismo año se había fusionado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), organización armada irregular, fijó entre sus objetivos eliminar a Rucci.

Se dio la casualidad que la FAR había descubierto el domicilio del sindicalista de manera parece ser casi involuntaria. Poco después del mediodía del 25 de septiembre de 1973, miembros pertenecientes al grupo de Roqué, algunas versiones apuntan este extremo, balearon a José Ignacio Rucci en la calle Avellaneda de la ciudad de Buenos Aires dentro de la llamada cínicamente Operación Traviata. Nombre dado a este crimen por ser los balazos recibidos por Rucci, veintitrés, los mismos que se encontraban en una famosa marca de galletas y cuyo lema publicitario era la de “los veintitrés agujeritos”.

El asesinato de Rucci tuvo un impacto profundo en la política argentina. Su muerte fue vista como un ataque directo al movimiento peronista y generó una ola de conmoción y repudio entre sus seguidores. La figura de Rucci se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos laborales y su legado perdura en la memoria colectiva de los trabajadores argentinos.

Cuando Perón conoció el trágico destino de José Ignacio Rucci, lloró en público y dijo: «Me cortaron las patas…»

El legado de José Ignacio Rucci sigue siendo objeto de debate y reflexión. Para muchos, su vida y obra representan la dedicación y el compromiso con la causa de los trabajadores, mientras que para otros, su figura está ligada a un periodo de tensiones y divisiones dentro del movimiento peronista. A pesar de las controversias, su influencia en la historia del sindicalismo argentino es innegable, y su nombre sigue evocando la lucha por la justicia social y la dignidad laboral.