Guillermo Brown
Era el 22 de junio de 1777, cuando nacía en Foxford (Irlanda) William Brown. Durante su niñez perdió a su madre, y junto a su padre partió hacia Estados Unidos, a donde debieron exiliarse por persecución religiosa (eran católicos) aunque la muerte, le quitó a su otro progenitor. Un barco de guerra inglés fue su primer trabajo, en él se desempeña como grumete y así comienza su pasión por los barcos, Se lo acusó de ser contrabandista, aunque esa práctica era común para la época.
Llegó a comandar en 1796 una nave estadounidense, que cayó en poder de una nave inglesa, donde recibió gran capacitación naval, que es tomada a su vez por los franceses. Consiguió huir y llegó hasta Inglaterra.
Se casó el 29 de julio de 1809 con Elizabeth Chitty, una dama inglesa de religión protestante, y en octubre de 1811 decidió dirigirse hacia Montevideo, en el Río de la Plata. De allí al poco tiempo, se trasladó hacia Buenos aires, aproximadamente en octubre de 1811, donde se dedicó al comercio entre Montevideo y Buenos Aires, con su goleta “Industria” que adquirió en territorio americano.
En 1810, había comenzado la guerra por la emancipación americana y Guillermo Brown fue puesto al mando de la escuadra naval, en 1814, ya que hasta ese entonces, las maniobras navales se limitaban al Río de la Plata y sus afluentes, Paraná y Uruguay, con naves de calado medio y menor. Fue, entonces, en 1814 cuando se le encomendó a Brown la organización de una fuerza naval. La mayoría de los marinos eran extranjeros y la escuadra estuvo integrada por la fragata Hércules, los bergantines Zephoys, Nancy y las goleta Julieta y Fortunata, la cañonera Tortuga y el falucho San Luis. Con este equipamiento naval se dirigió el 10 de marzo a la isla Martín García, y desde allí partió hacia Montevideo, donde venció a los realistas el 17 de mayo. En el mes de junio se rindió Montevideo, luego del sitio en que la marina tuvo mucha participación. En virtud de su valor fue ascendido a Coronel, por el Director Supremo, Gervasio Antonio de Posadas.
Una herida de combate lo dejó con problemas para caminar, y debió retornar a Buenos Aires, donde fue nombrado Comandante General de la Marina y le fue donada la fragata “Hércules” con la cual se internó en el Océano Glacial Antártico y luego recorrió las costas del Océano Pacífico.
En 1826 volvió a petición del presidente Rivadavia a tomar participación en las causas de la patria que había adoptado. El general Las Heras, designó a Guillermo Brown, Coronel Mayor, asignándole la función de defender el Río de la Plata. ya que el 1 de enero de 1826 se había declarado la guerra con Brasil. Doce días más tarde ya los brasileros habían bloqueado el Río de la Plata, con una escuadra al mando del vicealmirante, Rodrigo de Ferreira Lobo.
Era evidente la superioridad de la armada brasileña que contaba con un centenar de embarcaciones ubicadas en Montevideo, Colonia y Maldonado, además de haberse apoderado de la isla de Martín García. Al cabo de un mes, ya Brown había aprovisionado la fragata 25 de mayo, dotándola de 200 tripulantes y 28 cañones. A ésta sumó cuatro bergantines: Balcarce, Belgrano, República Argentina y Congreso. A modo de cañoneras armó doce lanchones. Lucharon a su lado, con heroísmo, entre otros, los coroneles de marina Tomás Espora y Leonardo Rosales.
El 26 de febrero ya se había propuesto tomar Colonia, en la Banda Oriental, en manos de los brasileños, acompañando sus fuerzas con las terrestres al mando del oriental Ramón Cáceres, pero éste no participó en la maniobra, y Brown debió soportar fuertes pérdidas. Sin embargo el brasileño, Ferreira Lobo, decidió defender Colonia, pues temía otro ataque, para lo cual desmanteló la isla de Martín García, perdiendo el bloqueo efectividad. Esto le valió a Ferreira Lobo su destitución, siendo reemplazado por el almirante Rodrigo Pinto.
El 11 de junio de 1826, el capitán Norton, fue encomendado por Rodrigo Pinto para dirigirse a Los Pozos (Puerto Nuevo) para atacar una escuadrilla argentina que contaba con cuatro barcos y siete cañoneras. Para combatirlas, los brasileños enviaron treinta y una naves, que debieron retirase por el rechazo de los argentinos. El 30 de julio no corrieron los argentinos la misma suerte, ya que en un ataque, perdieron la fragata 25 de mayo.
Pero Brown demostró su audacia y dotes de estratega, logrando burlar el bloqueo y llegar hasta Río de Janeiro, y al retornar, venció a sus enemigos, que habían decidido cortar las comunicaciones del ejército argentino con Entre Ríos, remontando el río Uruguay, en la batalla del Juncal, el 9 de febrero de 1827. Allí se apoderó de once barcos, que incorporó a su flota. Otra victoria se sumó a la anterior, la de Ituzaingó, del 20 de febrero.
El 8 de abril los brasileros atacaron a las cuatro naves de Brown, con sus 19 embarcaciones, en el combate llamado Monte Santiago, que sólo dejó subsistente a la goleta Sarandí. Su futuro yerno, el capitán Francisco Drummond perdió la vida en este encuentro, y en consecuencia, su hija, Elisa Brown decidió quitarse la vida. Esto produjo en Guillermo Brown un estado de crisis nerviosa, en una persona que tenía una personalidad difícil.
La guerra con Brasil terminó en 1828, pero la calma aún no renacería en las tierras rioplatenses. En 1835, asumió en Uruguay, la presidencia por el partido blanco, el general Manuel Oribe, quien contaba con el apoyo del gobierno porteño de Rosas. Cuando Fructuoso Rivera, del partido colorado, se adjudicó el poder, el apoyo hacia ambos mandatarios se dividió, ya que los correntinos se aliaron con Rivera para aprovechar a derrocar al gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas. A esto se sumó un conflicto con Francia, en 1837, por el cual, la flota francesa de Montevideo, impuso un bloqueo a Buenos Aires a partir del 28 de marzo de 1838, y se apoderaron de la isla Martín García.
Rivera, que se había unido a los franceses en contra de Rosas, le declaró la guerra a la Confederación Argentina. El 29 de octubre de 1840 se firmó el tratado de Arana- Mackau, por el cual terminaba el problema con Francia, levantándose el bloqueo a Buenos Aires, pero la guerra con Uruguay proseguía. La acción de Brown, a cargo de las naves argentinas, fue muy importante, al derrotar, el 15 de agosto de 1842, a los orientales, comandados por José Garibaldi, en el combate de Costa Brava.
El 2 de agosto de 1845, Brown, al mando de la escuadra de la Confederación Argentina debió sufrir un ataque anglo-francés, que le arrebató sus naves, que estaban impidiendo el comercio de esas naciones, al estar sitiando Montevideo desde 1843. Retornó a Buenos Aires, no interviniendo ya en acciones bélicas.
El 3 de marzo de 1857, falleció en Buenos Aires.