El Pacto Roca-Runciman
Antecedentes
La crisis de los años 1929 y 1930, puso en alerta a los estados sobre los riesgos de un liberalismo exagerado, y los obligó a proteger sus economías. Por eso no es de extrañar que Argentina, impusiera una serie de medidas para remediaran una crisis realmente grave.
La caída del precio del trigo casi a la mitad, la suspensión de las importaciones por escasez de divisas, la reducción de exportaciones, y de producción, la desocupación creciente, hacían necesarias nuevas alternativas.
En 1929, Yrigoyen, suspendió la convertibilidad del peso en oro, controlándose la compra-venta de divisas y su envío al exterior.
Luego de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos salió fortalecido, con una abundante producción que cubría las necesidades que no podía asumir Gran Bretaña inmersa en el conflicto. Uno de esos mercados fue América Latina, que tradicionalmente había sido cliente de los ingleses, y terminada la guerra, Inglaterra trató de recuperar ese mercado, ahora en manos de Estados Unidos, pero de modo unilateral, ya que no importaba nada, y solo se limitaba a vender sus manufacturas.
La “Sociedad Rural Argentina” sentó la idea de que se debía impulsar el comercio con Inglaterra, que no solo vendía sino que también compraba los productos latinos.
En 1932, asumió el gobierno de la República Argentina el gral. Agustín P. Justo, a través del fraude electoral, iniciando un cuestionado gobierno que pondría a Argentina, dentro del denominado neocolonialismo económico, subordinado a los intereses ingleses.
Gran Bretaña, por los Pactos de Otawa, estableció preferencias por parte del gobierno inglés para comprar productos en sus colonias (principalmente Canadá, Sudáfrica y Australia) y Argentina se sintió obligada, a enviar una misión, a cargo de Julio A. Roca (hijo) vicepresidente nacional, a Londres, quien arribó, junto a una comitiva integrada además por Miguel Ángel Cárcano, Guillermo Leguizamón, Carlos Brebbia, Raúl Prebisch, y Aníbal Fernández Beiró, el 7 de febrero de 1933, siendo recibidos por el Príncipe de Gales.
Las palabras de Roca ante los ingleses para convencerlos de la necesidad de pactar, fue que la República Argentina era una porción del Imperio Británico, pues entre ambos estados existía una interdependencia.
Contenido del Pacto
El pacto fue firmado el 1 de mayo de 1933. Por la Argentina Julia A. Roca (h) y por el Reino Unido, Sir Walter Runciman. El Senado lo ratificó, convirtiéndolo en ley Nº 11.693.
Entre los aspectos más destacados, Argentina consiguió que se le asegurase una compra mínima de carnes (la que se había adquirido en 1932, y que ascendía a 390.000 toneladas). Las empresas de capitales ingleses asentadas en el territorio argentino, tenían bloqueada su posibilidad de envío de remesas, y su desbloqueo fue el punto con más énfasis tratado en las negociaciones. Las empresas británicas en Argentina recibirían un trato preferente. La carne sería contratada a los frigoríficos británicos, salvo en un 15 % que podría provenir de frigoríficos nacionales (ya con los aportes del Municipal de Buenos Aires y del Frigorífico Gualeguaychu se cubría dicho porcentaje). El total del carbón sería comprado a Inglaterra, el que no estaría gravado impositivamente. El resto de los aranceles aduaneros no serían aumentados.
También contenía cláusulas secretas, por las cuales se creaba en Argentina el Banco Central, cuyos capitales y dirigentes, eran principalmente ingleses.
El Senador Lisandro de la Torre calificó de humillantes las condiciones impuestas a la Argentina, en la sesión del 27 de julio de 1933.
Un nuevo acuerdo
Este pacto rigió hasta 1936. Ese año, fue ratificado por otro llamado Eden-Malbrán, que permitió que las carnes argentinas pudieran ser gravadas con impuestos adicionales, lo que les restó competitividad. Se aumentó el límite del monto de las remesas que se enviaban a Londres, en libras esterlinas, destinadas a los ferrocarriles ingleses. A cambio se obtuvo una disminución de los montos en los fletes para el trigo.
La empresa anglo-argentina de tranvías, recibió favoritismo frente a los nuevos colectivos, con la creación de la Corporación de Transporte, aunque el presidente Justo, rechazó el pedido inglés de obtener un beneficio garantizado del 7 % hasta cubrir las pérdidas.
Desenlace trágico
Nuevamente se alzó la voz de Lisandro de la Torre, Demócrata-progresista, desde el Senado, donde expuso en un informe suscripto por la minoría, la denuncia de un negociado, entre el gobierno (a través de la gestión del Ministro de Hacienda, Federico Pinedo y el Secretario de Agricultura y Ganadería, Eduardo Duhau) los frigoríferos extranjeros (Armour, La Blanca, Anglo y Eilson) y los ganaderos más poderosos.
El motivo de la denuncia era que se había pagado como de segunda, a los productores, carne de primera, para quedarse con la diferencia, y para abonar menos los derechos aduaneros.
Lisandro de la Torre, fue víctima de un atentado homicida, el 23 de julio de 1935, en el recinto del Senado que terminó con la vida del senador Enzo Bordabeherre, santafesino como Lisandro de la Torre. Lisadro de la Torre no pudo soportar la culpa de que alguien muriese en su lugar, y se suicidó.