Álvar Núñez cabeza de Vaca
Alvar Núñez Cabeza de Vaca, nació en la última década de siglo XV. Era nieto de Pedro Vera, uno de los conquistadores de las Islas Canarias, y abrazó la profesión militar. En el año 1528 integró la expedición, comandada por el español Pánfilo de Narváez, que se proponía la aventura de recorrer una zona nueva, la Florida, desconocida todavía para los europeos, con el número de seiscientos hombres y cinco embarcaciones.
La codicia motivada por los relatos de los aborígenes que habían hallado a su paso, los movieron a encontrar un lugar llamado Apalache, al norte de Florida, donde abundaría el oro.
El metal precioso no fue hallado y por el contrario sufrió la expedición el ataque de los aborígenes, que asesinaron a muchos españoles, mientras otros lograron huir, usando los árboles de la zona para construir embarcaciones, y reemplazando la brea con resina de pino. Las velas las hicieron con sus camisas. Sus propios caballos les sirvieron de alimento.
En la travesía se perdieron las naves que acompañaban a la de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, quien sin provisiones llegó a una isla, donde fue apresado por los nativos. Usando algunos conocimientos de primeros auxilios logró la confianza de los aborígenes, logrando escapar hacia México, para lo cual recorrió a pie 16.000 kilómetros, arribando en el mes de mayo del año 1536.
Durante su travesía por tierras desconocidas, Alvar Núñez Cabeza de Vaca demostró una notable habilidad para la supervivencia y la adaptación. Aprendió a cazar y a pescar, a recolectar frutos y raíces, y a comunicarse con los indígenas a través de gestos y señas. A pesar de las adversidades, nunca perdió la esperanza de regresar a su patria.
De regreso a España, en 1537, recibió el nombramiento de Adelantado del Plata, en reemplazo de Pedro de Mendoza que había fallecido. En América, se instaló en Asunción (Paraguay) donde exploró la zona selvática, y descubrió las Cataratas del Iguazú.
Luego de su cuestionado gobierno en Asunción, pues se postuló defensor de los aborígenes, pero se lo acusó de abuso de sus poder, regresó a España deportado, y por ocho años fue desterrado a África. Luego de recibir el perdón real regresó a su patria, donde murió en Sevilla ya muy anciano, con más de 90 años de edad.
Alvar Núñez Cabeza de Vaca dejó un legado importante en la historia de la exploración de América. Sus relatos de viaje proporcionaron a los europeos una visión única de la vida y las costumbres de los pueblos indígenas de América. Además, sus experiencias sirvieron para cuestionar la visión eurocéntrica del mundo y abrir el camino hacia una comprensión más amplia y respetuosa de las diferentes culturas y civilizaciones.
Sus aventuras fueron inmortalizadas en numerosos textos de su autoría, donde se incluyeron numerosos relatos de ciencia ficción. Entre ellos “Naufragios de Álvaro Núñez Cabeza de Vaca”.