La Batalla de Berlín
La Batalla de Berlín fue uno de los últimos combates librados durante la Segunda Guerra Mundial. Su ocupación constituyó un hito, tanto para los alemanes como para los rusos. Los primeros, ya débiles y derrotados tras Stalingrado, defendían el último bastión antes de su concluyente fracaso. Para Unión Soviética significaba, no sólo un triunfo en contra de Hitler, sino su posicionamiento frente a los aliados y las exigencias planteadas en la Conferencia de Yalta (4 al 11 de febrero de 1945) que se negaba a cumplimentar.
Cabe mencionar que Stalin tenía otra razón para ocupar la capital alemana, tomar las fábricas de elaboración de la bomba atómica para trasladar las operaciones a Moscú.
De la misma manera, los aliados también preveían la toma de Berlín, calculando hacerlo antes que Stalin. Previo llevarse a cabo la acción, Einsenhower y el líder ruso acordaron enviar las mejores fuerzas a Dresde, pronosticando que allí serían más necesarias, dejando un refuerzo secundario en Berlín. Sin embargo, Stalin mandó a llamar a dos de sus principales colaboradores, el Mariscal de Campo Georgi Zhukov, comandante del Primer Frente Bielorusso y al Mariscal de Campo Ivan Koniev, comandante del Primer Frente Ucraniano, a quienes mandó ejecutar un plan de operaciones que, efectivamente, llevaron a cabo, logrando, finalmente, la primacía sobre Berlín. Ubicados a 80 kilómetros al este y 120 kilómetros al sur de Berlín, respectivamente, previo librar el Frente Oriental que les permitía el libre acceso a la capital, el 16 de abril comenzó el operativo. Atacaron con ocho mil cañones a través de una cortina de humo, reflectores antiaéreos para cegar al enemigo y ejércitos compuestos por un total de 750.000 hombres.
Alemania había puesto todos sus recursos en defender la entrada a la ciudad. Al mando de Gotthard Heinrici, general alemán de la Wehrmacht, la contraofensiva logró hacer retroceder, aunque no definitivamente, el ala de Zhukov. Los tanques alemanes no dieron tregua, los soldados rusos fueron diezmados, teniendo que recibir refuerzos para, finalmente, vencer el último de los cordones defensivos el 18 de abril, seis después de la muerte del entonces Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Franklin Delano Roosevelt.
El 20 de abril de 1945, día de cumpleaños del fürer, el Ejército Rojo alcanzó Berlín; el frente de Zhukov rodeo la capital por el este y noreste, mientras que las fuerzas de Koniev por el norte.
Dos días más tarde, Adolf Hitler aceptó que la derrota era evidente; hacia el 24 de abril, Berlín ya estaba cercada sin por ello renunciar a la defensa de la ciudad.
El fürer, renunciando a huir de Berlin y encerrado en su Bunker de la Cancillería, se suicidó el 30 de abril de 1945 cuando la ciudad había sido completamente sitiada. Las versiones sobre su muerte no son concluyentes, aún así, las notas tomadas por su secretaria (teoría que también fue avalada por otros historiadores) hasta su último minuto, cuyo libro se editó bajo el nombre Hasta la última hora, relata que Hitler se suicidó con un tiro a la vez que ingirió la cápsula de cianuro, previo contraer matrimonio con Eva Braun quien también se quita la vida.
El 2 de mayo de 1945, las fuerzas alemanas en Berlín se rindieron incondicionalmente al Ejército Rojo. La rendición fue firmada por el general Helmuth Weidling, comandante de la defensa de Berlín, y el general Vasily Chuikov, comandante del 8.º Ejército de la Guardia soviético. La caída de Berlín marcó el colapso final del Tercer Reich y el fin de la guerra en Europa estaba a la vista.
La batalla no solo fue un enfrentamiento militar, sino también un evento de gran impacto humanitario. La población civil de Berlín sufrió enormemente durante el asedio. Se estima que alrededor de 125,000 civiles murieron durante la batalla, y muchos más fueron heridos o quedaron sin hogar. La ciudad fue devastada, con gran parte de su infraestructura destruida y sus habitantes enfrentando una grave escasez de alimentos y suministros básicos.
La Batalla de Berlín también tuvo un impacto significativo en la geopolítica de la posguerra. La ocupación soviética de Berlín y de gran parte de Europa del Este estableció las bases para la Guerra Fría. La ciudad de Berlín se dividió en sectores controlados por las potencias aliadas, lo que eventualmente llevó a la construcción del Muro de Berlín en 1961 y a décadas de tensión entre el Este y el Oeste.
Además, la batalla reveló la brutalidad del conflicto en el Frente Oriental. Las fuerzas soviéticas, en su avance hacia Berlín, cometieron numerosos actos de violencia contra la población civil alemana, incluyendo violaciones y saqueos. Estos hechos han sido objeto de extensos estudios y debates históricos, y siguen siendo un tema controvertido en la memoria colectiva de la Segunda Guerra Mundial.
La Batalla de Berlín fue un capítulo final sangriento y devastador en la Segunda Guerra Mundial, dejando una marca indeleble en la historia de Alemania y del mundo. La caída de Berlín simbolizó no solo el fin del régimen nazi, sino también el comienzo de una nueva era de división y conflicto global que definiría gran parte del siglo XX.