Federico Guillermo III de Prusia
Federico Guillermo III de Prusia nació en Postdam (territorio de la actual Alemania) el 3 de agosto de 1770 y falleció en Berlín el 7 de junio de 1840. Era hijo de Federico Guillermo II (1744-1797).
Debido a la educación recibida a través de los tutores de la corte, muchos de ellos pedantes y proclives al refinamiento, vivió alejado de su padre lo que propició, probablemente, que influyera a posteriori en su carácter, definido como débil y que derivaba en la dificultad que mostraba para mantenerse firme en las decisiones políticas que en un primer momento tomaba.
Paralelamente desde muy joven recibió la formación castrense propia de los príncipes prusianos y en 1784 ya ostentaba el rango de teniente y seis años más tarde el de coronel. A los veintidós años ya combatía a las tropas de la Francia Revolucionaria.
En 1793 se casó con Luisa Mecklenbourg-Strelitz de la que tuvo una amplia descedencia: Príncipe Federico Guillermo, posteriormente Federico Guillermo IV (1795-1861) rey de Prusia. El Príncipe Guillermo, más tarde el Káiser Guillermo I de Alemania y Prusia (1797-1888). Carlota de Prusia que contraería matrimonio con el zar Nicolás I de Rusia. A todos los anteriores hay que añadir a Federica de Prusia de efímera vida puesto que nació en 1799 y falleció al año siguiente. Carlos de Prusia, Alejandrina de Prusia, Fernando de Prusia (1804-1806), Luisa Augusta de Prusia que se casó con el Príncipe Federico de los Países Bajos y Alberto de Prusia.
En 1797 fallece su padre Federico Guillermo II y ocupa el trono. Preocupado por recuperar el prestigio del reino que había decaído durante la jefatura de su predecesor, mantuvo una política bélica de neutralidad contra Francia hasta que en 1805 presionado por su pueblo y por el Imperio Ruso declara la guerra Francia. Sin embargo, el año 1806 fue particularmente adverso para las tropas prusianas que fueron derrotadas en Jena y Auerstadt y como consecuencia tuvo que ceder una parte de sus territorios a la Francia napoleónica entre ellos los territorios polacos y los situados al oeste del Elba lo que equivalía prácticamente a la mitad de su territorio además de tener que hacer frente a gravosas indemnizaciones económicas.
También procedió a reducir el gasto de la corona prescindiendo de mucha parte del personal del reinado de su predecesor y restableció la tolerancia religiosa, todo ello sin embargo, sin modificar los fundamentos absolutistas de su reinado hasta el punto de ser contrario a adoptar medidas liberales por equipararlas con el jacobinismo que tan amplia influencia había adquirido en la Francia en los años anteriores.
Entre los años 1807 y 1812 el ejército prusiano y la administración estatal fueron motivo de una reestructuración gracias a la jerarquía militar principalmente el Príncipe von Hardenberg y el Barón vom Stein. Los resultados positivos empezaron a producirse entre los años 1813 y 1815 donde participando de forma relevante en diversas batallas contra Napoleón obtuvieron importantes victorias.
Con la definitiva derrota de Napoleón Bonaparte y la celebración del Congreso de Viena (1814-1815), los diplomáticos prusianos lograron expandir los territorios del reino, gracias en gran medida a las buenas relaciones que existían con el canciller austríaco Metternich.
Federico Guillermo III fue en un principio partidario de redactar una constitución para su reino, pero después de la derrota de Napoleón y la adhesión de Prusia a la Santa Alianza se volcó con las políticas antiliberales y represivas que se instauraron en el período de la Restauración. La Santa Alianza pretendía asegurar la estabilidad de Europa mediante la continuación del Antiguo Régimen y las monarquías absolutistas como sistema de poder. A Federico Guillermo III se le unieron Francisco I de Austria y el zar Alejandro I de Rusia.
En el ámbito interior Federico Guillermo III fue partidario de la creación de la unión aduanera, zollverein, entre los estados que formaban la Confederación Germánica, unión de estados soberanos surgida con el Congreso de Viena, y que supuso uno de los primeros pasos del proceso que habría de llevar a la unificación de Alemania. Esta unión aduanera abolía los aranceles entre los miembros de la confederación de la cual se mantuvo al margen Austria. Hoy en día es contemplada como uno de los modelos que inspiró la actual Unión Europea.