La descolonización de África
Estados Unidos y la Unión Soviética, erigidas en las dos grandes potencias mundiales, luego de la Segunda Guerra Mundial, incentivaron la descolonización de territorios en poder de países europeos, sobre todo, por el gran costo que significaba mantener tan extensos dominios, entre cuyos ejemplos estaba el caso de los países africanos. Esos dos países habían entregado dinero a las colonias africanas para lograr apoyo a sus respectivos sistemas políticos. Así, había algunas colonias inclinadas por el capitalismo y otras con ideología comunista. El reparto de África, entre los europeos, se había producido entre 1880 y la Primera Guerra Mundial.
Sólo tres estados africanos gozaban de independencia al finalizar el primer conflicto bélico mundial: la Unión Sudafricana, antecesora de la República de Sudáfrica, creada el 31 de mayo de 1910, bajo la administración británica, Liberia, libre desde su fundación, por ex esclavos estadounidenses, en 1820, y Etiopía, que nunca fue colonizada, sólo ocupada por los italianos entre 1936 y 1941. El resto estaba bajo el dominio francés, británico, belga, portugués, italiano, alemán o español.
El racismo era el rasgo común en los dominios coloniales, donde los negros eran considerados por los europeos como una raza inferior, comenzando a gestarse entre la población negra deseos de independencia, sobre todo con el creciente grado de alfabetización que algunos de sus miembros habían alcanzado, lo que les permitía informarse de los movimientos de liberación en el resto del mundo.
Los franceses habían sido derrotados en Indochina, que por los acuerdos de Ginebra de 1954, se había dividido en tres estados: Laos, Camboya y Vietnam. Esto alentó las ideas independentistas, al igual que la independencia de la India de manos británicas.
El presidente de Francia, Charles De Gaulle, intentó formar la Unión francesa, dando autonomía a sus colonias y representación en el Parlamento francés. Esto no prosperó y la Unión francesa fue reemplazada por la Comunidad Francesa en 1958. Ese mismo año, se independizó Guinea, colonia francesa desde 1890. Entonces, se intentó llegar a un acuerdo, que incluía la liberación de de las colonias francesas de Marruecos, Túnez, África occidental y de Madagascar.
Marruecos manifestaba sus ideales independentistas a través del Partido de la Independencia, que deseaba llevar al poder al sultán Mohamed Ben Youssef, quien fue deportado por los franceses. Sin embargo las revueltas populares obligaron a reconocer la independencia de ese nuevo estado y a su soberano, que asumió como Mohamed V, en 1956.
En Túnez, la negociación, que incluyó la lucha armada, estuvo a cargo de Burguiba, representante del partido Neo-Destur, cuyo significado es Nueva Constitución.
Lo que no estaba en los planes franceses era la emancipación de Argelia, habitada por 1.000.000 de franceses, el 10 % de la población total, donde el Frente de Liberación Nacional, cuyo líder era Ahmed Ben Bella, había iniciado contra el gobierno una lucha guerrillera desde 1954.
En Argelia se libró una lucha entre los revolucionarios y el gobierno que duró hasta 1959, dejando un saldo de aproximadamente 500.000 muertos. En ese año De Gaulle, admitió la libre elección de los argelinos, llegándose a formalizar los acuerdos de Evian en 1962, donde Argelia fue reconocida como estado soberano, y el Frente de Liberación Nacional asumió el poder.
Inglaterra suscribió con Estados Unidos la Carta del Atlántico, en 1941, por la cual se comprometía en uno de sus puntos a propender la autonomía de sus colonias.
Los dominios británicos de África occidental, Costa de Oro (actual Ghana) y Nigeria se independizaron en 1957 y 1960, respectivamente. Ese último año también alcanzaron la emancipación los estados de África oriental, Kenya y Tanganica, que luego se llamó Tanzania cuando se unió con Zanzíbar.
Nyasalandia (actual Malawi), estado africano del sur, se independizó de los ingleses en 1964, como estado de Malawi, año en el que también lo hizo otro estado sureño: Rhodesia del Norte, con la denominación de Zambia.
En 1965, logró liberarse Rhodesia del Sur, asumiendo el poder Ian Smith, que instauró una política de segregación racial, similar al modelo sudafricano (apartheid). Fue luego de derrotar este gobierno, que se mantenía apoyado por la población blanca y Gran Bretaña, en 1980, que la mayoría negra logró el reconocimiento de sus derechos, instaurándose el estado de Zimbabwe.
El Congo, era la principal de las colonias belgas, explotada intensivamente por Bélgica, sobre todo en el período que gobernó el rey Leopoldo II, logrando su independencia en 1960. Es un país rico en minerales (diamantes, cobalto, uranio, zinc). En 1965, tras largos y sangrientos años de guerra civil, donde al menos dos provincias se separaron y requirió la intervención de la ONU con tropas y gestiones negociadoras, se logró la pacificación. En 1975 el estado cambió su nombre por el de Zaire.
Los portugueses, vieron desaparecidos sus dominios coloniales en África, luego del derrocamiento del dictador Antonio de Oliveira Salazar y su sucesor, el 25 de abril de 1974, que no estaban dispuestos a reconocerles su independencia. La república de Guinea-Bissau (nombre que se le asignó para diferenciarla de la república de Guinea, que había sido colonia francesa) se constituyó en 1974 y las de Mozambique, Cabo verde y Angola, en 1975. Angola y Mozambique debieron tolerar una guerra de guerrillas, apoyada por naciones extranjeras hasta 1988. El estado de Namibia, al sudoeste, surgió en 1990, como consecuencia de la guerra de Angola. Namibia había sido legada a Sudáfrica, en administración temporal, por la Sociedad de las Naciones, luego de que los alemanes que la poseían desde 1840, fueron vencidos en la Primera Guerra Mundial. Los sudafricanos impusieron allí su sistema de apartheid o segregación racial.
En Angola, habían surgido en 1961, dos frentes en pro de la liberación: el Frente Nacional para la Liberación de Angola y el Movimiento popular para la Liberación de Angola, que fueron reprimidos salvajemente Miembros disidentes del primer grupo formaron en 1964, la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola. Tras lograr la independencia en 1975, se produjo entre los mismos revolucionarios una cruenta guerra civil, donde el Movimiento Popular para la liberación de Angola recibió el apoyo del comunismo soviético y el Frente Nacional para la Liberación de Angola y el Movimiento Popular, fueron apoyados por los británicos, norteamericanos y Sudáfrica. En 1976, se produjo el triunfo del Movimiento Popular, pero los vencidos no cedieron los territorios del centro y del sur del país.
Tras las elecciones de 1991, donde los ganadores fueron nuevamente los miembros del Movimiento Popular para la Liberación de Angola, se reanudó la guerra por ser acusados de fraude electoral. La paz llegó recién con los tratados de Lusaka, en 1994. en 1997 se estableció un gobierno de unidad nacional, pero los enfrentamientos continuaron.
A pesar de haberse constituido en 1963, la Organización para la Unión Africana (OUA) para evitar los conflictos entre los nuevos estados africanos por cuestiones limítrofes, estos se siguieron suscitando con frecuencia, sobre todo, por problemas étnicos.