Guerra Civil de Angola
La Guerra Civil de Angola constituyó uno de los conflictos más extensos de África en el marco del proceso de descolonización y la Guerra Fría entre 1975 y 2002.
Para comprender el surgimiento de esta lucha, es necesario hacer una síntesis de la historia de Angola, como así también de los intereses a los que fue sujeta en el proceso de independencia. Hacia el siglo XVI, Portugal y el reino de El Congo mantenían una estrecha relación comercial basada en el intercambio: en tanto que el reino del Congo se valía de la capacidad de recursos para evangelizar a los nativos, convetirlos al cristianismo con el objetivo de acrecentar su poder y autoridad, los portugueses que realmente perseguían un fin evangelizador, también estaban atentos a otro tipo de prestaciones: la trata de negros. En un comienzo hubo un espíritu de entendimiento entre ambos países, pero luego el proyecto esclavizador trajo aparejado un desequilibro tal que generó, no sólo problemas sociales, sino un debilitamiento del poder.Fue cuando ambos bandos quedaron enfrentados y Portugal tomó el control de una fracción de Angola. El desmantelamiento abusivo de Angola llevó gran prosperidad a Brasil y ésta a Portugal.
A mediados del siglo XX , los angoleños comenzaron a organizarse mediante la formación del Frente Nacional para la Liberación de Angola (FNLA) y del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), independencia que logran en 1975 gracias al apoyo extranjero: los primeros por Estados Unidos y los segundos por la Unión Soviética.
La influencia comunista también alcanzaba a otros países africanos en vías de formación: República Sudafricana, Rodesia (Zimbabue) y Namibia. Entre 1974 y 1975 Guinea-Bissau, Cabo Verde y Mozambique alcanzan la independencia.
A partir de aquí los tres movimientos nacionalizadores, FNLA, MPLA y UNITA, quedarán enfrentados por la toma del poder y el dominio de Luanda, la capital de Angola.
De la misma manera, los tres grupos seguían recibiendo apoyo: El MPLA de URSS y Cuba (Operación Carlota), FNLA de China y Estados Unidos y UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola) de Sudáfrica. De esta manera el conflicto tomó dimensión internacional.
Portugal intentó llevar a cabo negociaciones que en un primer momento se vislumbró como una salida pacífica a través del Tratado de Alvor (1975), mediante el cual se reconocía la libertad de Angola, independencia firmada con la aprobación de estos tres grupos. Fue entonces cuando la guerra civil se desencadenó.
Si bien Las Naciones Unidas reconocieron legítimamente el MPLA con su líder en el poder, José Eduardo Dos Santos, ni Estados Unidos ni Sudáfrica siguieron esos lineamientos.
El conflicto de Angola se extendió a otros territorios involucrando a Zaire, Sudáfrica, Namibia, etc. Los intentos por frenar las múltiples ofensivas fueron varias: en 1988 se firmó el Acuerdo Trilateral de Nueva York mediante el cual Angola, Sudáfrica y Cuba aceptaban la independencia de Namibia. Asimismo, Sudáfrica se comprometía a quitar su apoyo al UNITA, retirando sus tropas de Angola. De la misma manera, se establecieron treguas que no fueron duraderas.
En 1991, se puso fin al unipartidismo mediante la promulgación de una ley, luego el gobierno de Angola firmó un tratado de paz y alto el fuego que se interrumpió cuando el MPLA obtuvo la mayoría parlamentaria y el líder del UNITA, Jonas Savimbi, se negó a aceptarlo.
Finalmente, la derrota de Sudáfrica derivó en el fin del Apartheid con la llegada de Nelson Mandela quien, en virtud de los Acuerdos de Lusaka, logra recién en el 2002 ponerlos en práctica luego de la muerte del líder del UNITA, hecho que puso fin al conflicto.