La Guerra Fría
Es el nombre con el que se conoce al período comprendido entre 1946 y 1991, caracterizado por la existencia de dos potencias hegemónicas: Estados Unidos y la Unión Soviética, que apoyadas cada una por países adeptos a sus ideas, protagonizaron serios conflictos, de incidencia internacional.
Alemania había sido dividida luego de la Segunda Guerra Mundial en dos zonas: la oriental bajo el poder soviético y la occidental en manos de los capitalistas. Berlín la capital alemana, también fue dividida en zonas, originándose frecuentes diputas.
En 1949, la Unión Soviética bloqueó el ferrocarril y las carreteras de Berlín, ante las desavenencias suscitadas por la división de esa ciudad, cortando las provisiones provenientes del oeste, a lo cual el occidente respondió construyendo un puente aéreo para permitir el abastecimiento
El símbolo característico de este período fue el Muro de Berlín, levantado en agosto de 1961, que dividió a Alemania y a la ciudad de Berlín en un sector comunista, el oriental, y otro capitalista, el occidental, a instancias de la Alemania comunista, con apoyo soviético que impedía el contacto entre las dos zonas, para evitar que el capitalismo se inmiscuyera en la Alemania comunista y que los pobladores de ésta no escaparan hacia la zona occidental, que brindaba mayores oportunidades de progreso y bienestar económico y social.
El bloque comunista, presidido por la Unión Soviética, y conformado por los países de Europa oriental, que se transformaron en sus países satélites, (Alemania oriental, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria), defendía los principios socialistas, que incluían la propiedad estatal de los medios de producción y la existencia de un estado paternalista que dispusiera de los derechos y garantías individuales, suprimiendo la propiedad privada. El único país de esa zona que mantuvo su autonomía con respecto a la Unión Soviética fue Yugoslavia, presidida por Josip Broz, comunista, conocido como Tito.
El bloque opositor, liderado por Estados Unidos era defensor de la democracia, de los derechos individuales y de la propiedad privada de los medios de producción.
Ambos bandos iniciaron una carrera armamentista, que si bien en Estados Unidos no impidió el progreso en otras áreas, en la Unión Soviética concentró todos sus esfuerzos en ese sector, descuidando el bienestar general. Stalin incrementó su aparato burocrático y elaboró el Plan Quinquenal, entre 1946 y 1950 para reparar los daños de guerra.
Internamente hubo persecuciones ideológicas dentro de cada bloque hacia los partidarios del régimen opositor, y externamente se desarrollaron, entre 1947 y 1953, conflictos armados, destacándose la crisis de Berlín, en 1947, y la Guerra de Corea entre 1950 y 1953.
En 1949 se produjo la Revolución China, por la cual se logró instaurar un régimen comunista al mando de Mao Zedong, en la nueva República Popular China, que si bien al principio pareció estar junto al bloque soviético, colaborando junto a ellos en la Guerra de Corea, en defensa de la Corea del Norte comunista, en contra de la Corea del Sur, bajo la protección del capitalismo norteamericano, pronto comenzaron las desavenencias, para distanciarse en forma definitiva a principios de 1960.
Esta etapa también estuvo caracterizada por los conflictos de Medio Oriente, entre judíos y palestinos, que se acrecentaron tras la creación del estado de Israel en 1948.
En 1967 se produjo la Guerra de los Seis Días, donde Egipto junto a otros países árabes trató de destruir a las fuerzas israelíes, con resultado negativo. Igual desenlace tuvo la llamada Guerra de Yom Kippur iniciada contra Israel en 1973, por Egipto y Siria.
En ese sector de mundo, también se enfrentaron Irán e Irak. En Irán asumió el poder en 1979, el ayatollah Jomeini, tras derrocar al shá, para establecer un gobierno fundamentalista.
En 1949, los Estados Unidos, habían formado con los países de Europa occidental, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) una alianza militar, de defensa común ante la amenaza comunista.
Luego vino un período de relativa calma, tras la muerte de Stalin, en 1953, y la asunción de Nikita Jruschov, y la presidencia del general Dwight Eisenhower, en Estados Unidos, donde ambas potencias se aprovisionaron de armamentos y armas nucleares, pero sin enfrentamientos directos, salvo, “la crisis de los misiles”, en Cuba, cuando la Unión Soviética instaló misiles en Cuba, que ponían en peligro la seguridad los Estados Unidos, quienes bloquearon la isla. Los misiles fueron retirados cuando Estados Unidos aceptó retirar sus misiles de Turquía y no atacar Cuba. También se produjo la Guerra de Vietnam.
El Pacto de Varsovia, firmado en 1955, fue la organización con idénticos fines a la OTAN, que formó el bloque comunista.
Otro aspecto de esta Guerra Fría fue la competencia tecnológica espacial, ya que tanto Estados Unidos como la Unión Soviética, se lanzaron en una competencia ardua y feroz, por el privilegio de conquistar zonas más allá de los límites terrestres.
En 1957, los rusos lanzaron el Sputnik, que orbitó el planeta y luego el Sputnik II donde fue el primer ser vivo, una perrita que murió en la travesía.
Estados Unidos envió el Explorer I en 1958 y la Unión Soviética lanzó en 1961 la nave Vostok I, tripulada por un ser humano, Yuri Gagarin, que regresó vivo a la Tierra.
En 1968, Estados Unidos logró enviar la Apollo 8, y luego la Apollo 11, donde por primera vez los seres humanos pisaron el suelo lunar.
En 1980, con la asunción de Ronald Reagan como Presidente de Estados Unidos, se incentivó la lucha anticomunista, acrecentándose los gastos militares.
La asunción de Mijail Gorbachov en 1985, significó un acercamiento hacia occidente, por la incapacidad de mantener sus mercados y sus fuentes productivas.
A partir de entonces, la tensión se flexibilizó. El 8 de diciembre de 1987 se firmó el primer tratado de supresión de fuerzas nucleares de alcance intermedio y en 1989 cayó el muro de Berlín. En 1991 se disolvió la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.