El Acuerdo GATT
El GATT (General Agreement on Tariffs and Trade), fue el sistema de regulación del comercio internacional llevado a cabo a través rondas de carácter multilateral en las que se definieron una serie de medidas tendientes a fortalecer y acrecentar el comercio e intercambio internacional.
Estos acuerdos de regulación de la economía mundial surgieron tras la Segunda Guerra Mundial y la Gran Depresión, cooperando en la reducción de aranceles y barreras al comercio.
Protagonista en la iniciativa de crear el GATT, Estados Unidos tenía una posición de privilegio dentro del panorama mundial, su territorio no había sido atacado, tampoco su capacidad productiva y el propósito de liberar la economía internacional era la manera de evitar nueva gran depresión. En 1945 la producción americana representaba alrededor del 40% del comercio internacional.
El objetivo final era concretar una Organización Internacional de Comercio (OIC), institución que tuviera la misma entidad que las creadas por entonces: El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Esto no ocurrió hasta mucho más tarde cuando en 1995 se creó la OMC (Organización Mundial de Comercio).
Las instancias por las que atravesó el GATT fueron en total 8: Ginebra (1947), Annecy (1949), Torquay (1951), Ginebra (1956), Dillon (1960-61), Kennedy (1964-67), Tokio (1973-77) y Uruguay (1986-94).
En la mayoría de estas rondas los temas tratados estuvieron alrededor de cuestiones arancelarias. Entre los años 50 y 60, realmente, el GATT fortaleció y desarrolló el comercio. Hacia los años 70 el mercado se volvió más complejo y su efectividad fue decreciendo, hasta la suplantación de éste por la OMC. En tanto que el GATT consistió en un conjunto de reglas prefijadas por consenso de naciones, el OMC es una organización internacional y estructuralmente sistematizado.
A la Ronda de Tokio suscribieron 102 países, entre ellos, 5 socialistas: Hungría, Polonia, Rumania, Checoslovaquia y Yugoslavia. Con el fin de reducir al máximo posible las tarifas arancelarias, se identificaron los problemas por los cuales estas trabas estaban afectando el tráfico comercial, entre ellas, las burocracias aduaneras y las restricciones gubernamentales en el comercio exterior. Entre otro de los temas fundamentales, se trató el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), un programa destinado a diversificar la economía, otorgando la eliminación de aranceles sobre el ingreso determinados productos en países desarrollados, y favoreciendo a los subdesarrollados.
Del mismo modo, existió la voluntad de reformar el sistema y crear medidas que salvaguardaran las naciones en caso de desequilibrios en los mercados. Algo que no sucedió. Otras de las limitaciones del GATT se relacionaron con la inserción de la agricultura dentro del programa y la liberación del sector agrícola que siempre se caracterizó por un fuerte proteccionismo.
Las razones por las cuales el GATT decreció en su efectividad correspondió a una fuerte crisis generada, en parte, por el mismo crecimiento del mercado internacional, que generó el resurgimiento de medidas proteccionistas en la década del 70 y 80 para hacer frente a la competencia, cuyo resultado había sido el cierre de fábricas. Todos estos inconvenientes y otros no citados, decantaron en la Ronda de Uruguay. A lo largo de siete años se trataron diferentes cuestiones en relación con el comercio internacional, la creación de la OMC, entre otras cosas, y la extensión de leyes comerciales internacionales a las empresas de servicios.
Cabe aclarar que el GATT en sí mismo no dejó de existir como tratado dentro de la OMC, sí fue reemplazado y ampliado como organización internacional.
A lo largo de su existencia, el GATT logró varios hitos significativos que merecen ser destacados. Durante la Ronda de Kennedy, por ejemplo, se introdujo por primera vez el concepto de «dumping», que se refiere a la práctica de vender productos en el extranjero a precios inferiores a los del mercado interno para ganar cuota de mercado. Esta ronda también marcó un avance en la reducción de aranceles, con un promedio de reducción del 35% en los productos industriales.
En la Ronda de Tokio, además de los logros mencionados, se establecieron códigos para regular el uso de subsidios y prácticas antidumping, lo que representó un paso importante hacia la creación de un marco más justo para el comercio internacional. Estos códigos buscaban establecer un equilibrio entre la competencia leal y la protección de las industrias nacionales.
La Ronda de Uruguay, por su parte, fue la más ambiciosa y extensa de todas. No solo se abordaron cuestiones arancelarias, sino que también se incluyeron temas como los derechos de propiedad intelectual, el comercio de servicios y las medidas de inversión relacionadas con el comercio. Este enfoque integral sentó las bases para la creación de la OMC, que asumió un papel más estructurado y formal en la regulación del comercio global.
Además, el GATT desempeñó un papel crucial en la integración de las economías en desarrollo en el sistema de comercio mundial. A través de programas como el SGP, se buscó fomentar el crecimiento económico en estas naciones, permitiéndoles acceder a mercados más amplios y diversificados.
En resumen, aunque el GATT fue finalmente reemplazado por la OMC, su legado perdura en las estructuras y principios que aún guían el comercio internacional hoy en día. Su evolución refleja la creciente complejidad del comercio global y la necesidad de adaptarse a nuevos desafíos y oportunidades.