La Batalla de Boyacá
El 25 de julio de 1819 se produjo la batalla del Pantano de Vargas (Ver artículo relacionado) donde heroicamente y contra todas las previsiones, los patriotas batieron a los españoles, al mando de José María Barreiro, abriendo el camino para que en Boyacá se consolidara la independencia de nueva Granada. Luego de su éxito en el Pantano de Vargas, Bolívar se estableció en Tunja, cercano al Puente de Boyacá, donde organizó sus efectivos recibiendo gran colaboración local.
El virrey Juan José de Sámano, que sería el último en ejercer ese cargo en el virreinato de Nueva Granada, había preparado un ejército en Bogotá, al que pretendía unirse Barreiro, que, desde Motavita, debía trasponer el puente Boyacá, lo que Bolivar estaba dispuesto a impedir. Los realistas conformaban sus fuerzas con 2.670 hombres, en su mayoría miembros de la infantería.
Al frente de los revolucionarios, que contaban con 2.850 hombres, estaba el capitán Diego Ibarra. La conformación del ejército patriota era muy variada, a los extranjeros, se sumaban criollos, mulatos, indígenas y zambos.
A las 10 de la mañana, se ordenó el inicio las acciones, y a las 14 hs. Los jinetes del capitán Andrés Ibarra interrumpieron el almuerzo de los españoles en Casa de Teja. El ataque se complementó con la vanguardia a cargo del general Francisco de Paula Santander, y la retaguardia a cargo del General José Antonio Anzoátegui.
José María Ruiz por detrás, con las guías de Casanare (miembros de la provincia reorganizada por Santander) cruzaron el río Teatinos, y Joaquín París y Antonio Obando, sobre el puente, arrasaron con el ejército realista, cuya vanguardia estaba a cargo del coronel Francisco Jiménez.
La Legión británica apoyaba a los independentistas, y Juan José Rondón con sus llaneros, que había tenido trascendente actuación en la batalla del Puente de Vargas repitió su hazaña, atacando por el centro a la infantería peninsular.
Sin poder resistir el ataque, los españoles se rindieron a la hora 16, cuando el Puente ya había sido tomado. Era el glorioso día, 7 de agosto de 1819. En el campo de batalla, los patriotas dejaron 13 muertos, mientras 53 combatientes resultaron heridos. Doscientos, entre muertos y heridos, fueron los que lamentaron los españoles, que vieron como 1.600 de sus efectivos eran hechos prisioneros. Entre estos, estuvo José María Barreiro, que fue entregado a Simón Bolívar en la Casa de Teja, por un niño de apenas 12 años, Pedro Pascasio Martínez, a quien intentó infructuosamente sobornar, el vencido jefe realista, José María Barreiro.
La Orden de Boyacá, fue establecida por Simón Bolívar para recompensar a los héroes del combate, el 18 de septiembre de 1819, día en que la Plaza Mayor de Bogotá, se vistió de fiesta para celebrar el triunfo de la causa revolucionaria. Este reconocimiento sigue concediéndose a quienes realizan acciones en bien de la Patria.
El Virrey Sámano, enterado de la derrota, huyó, dejando acéfalo el gobierno de Nueva Granada. Así se había establecido el primer eslabón de una larga cadena de pueblos que lograrían su independencia: Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia.
De esta manera surgió la Gran Colombia, por declaración del Congreso de Angostura, a cargo del Poder Legislativo, que integró a la capitanía de Venezuela y el virreinato de Nueva Granada cuya presidencia fue ejercida por Simón Bolívar ocupando la vicepresidencia Francisco de Paula Santander.
El 7 de agosto está instituido como día de festividad nacional en Colombia y cada cuatro años, ese día, toma posesión el nuevo presidente elegido para el respectivo período.